Divergente (Neil Burger, 2014) es la adaptación de la novela homónica escrita por Veronica
Roth, un inicio de saga distópico que ha funcionado bien en taquilla, por lo
que dentro de un año aproximadamente, se estrenará la segunda parte.
Como adaptación, Divergente está bien, las pequeñas modificaciones y la
ausencia de determinadas partes no solo no perjudican la historia, sino que la
benefician ofreciendo así una película que consigue superar a su compañera
literaria, o al menos es la percepción que tengo yo.
La película empieza explicando como se divide la sociedad distópica creada
por Roth y mostrando el Chicago ideado por la autora, un excelente inicio que
deja las cosas claras desde el principio y recrea la ciudad de buena manera. Y
a partir de ahí, se hila un argumento que va a caballo entre lo pseudodistópico
y lo amoroso. Un metraje que narra como Tris, una chica perteneciente a
una facción determinada y como su decisión le cambia la vida, y de fondo, algo
grave se está gestando.
Aunque la trama parece simple, en el fondo tenemos los típicos elementos de
distopías juveniles, algo de rebeldía, un mundo más o menos original y el
romance de turno, todo bien entrelazado y con un buen guión pero que no llega a
ser sumamente sólido, pues la ficción cinematográfica adolece de los mismos
errorres que el libro (algo que por otra parte me esperaba). Problemas como una
sociedad con potencial pero no del todo desarrollada y las múltiples cuestiones
que se plantean a la hora del visionado, preguntas que quedan sin respuesta.
Y por último, una factura general correcta, tanto los efectos como la
fotografía no me han parecido muy destacables, por el contrario, la banda
sonora original es muy notable.
A mí me ha gustado incluso más que la novela, que ésta realmente no me dijo nada. La película me pareció muy amena y mejor planteada, dan un par de explicaciones que te tienes que suponer con la historia, y los efectos especiales hacen un gran favor a la hora de imaginarlo todo...
ResponderEliminar¡Besos!