Película: Ciudades de papel

Ciudades de papel (Jake Schreier, 2015) es la adaptación de la novela homónima escrita por John Green. Su traslado a la gran pantalla ha sido efectuado de manera correcta, pues sin llegar al nivel de excelencia de Bajo la misma estrella sí que se asemeja bastante a su homónima literaria. Sin embargo, como película me ha dejado totalmente fría.

La trama sin ser original quería mostrar una vuelta de tuerca del romance de turno a través de unos personajes un tanto diferentes. Es por eso que Quentin, nuestro protagonista, tras pasar una noche con Margo llevando a cabo un plan secreto, decide desentrañar el enigma en el que se ha convertido la propia Margo.

Sin duda, el argumento es llamativo pero sinceramente, nunca termina de arrancar y sobre todo, de funcionar. Reconozco que tiene una primera media hora muy interesante, bien hecha y que atrapa el interés del espectador, pero a partir de ahí el guion decae de manera evidente y muestra una historia con algunos momentos agradables y pinceladas de algo que podría haber estado mucho mejor de haber contando con mayor desarrollo; y donde la banda sonora pasa totalmente desapercibida. Y presenta un romance -por llamarlo de algún modo- muy forzado. No obstante, no me ha parecido mala película y tampoco aburrida, sino simple y que no posee nada que la haga sobresalir.

Ni siquiera los protagonistas han llegado a convencerme. Es cierto que tanto Natt Wolff como Cara Delevingne cumplen su función dentro del metraje con cierta solvencia pero es que es juntarlos y la química brilla por su ausencia. En cambio, la interacción de Quentin con el resto del reparto la he visto mucho mejor llevada.

En definitiva, Ciudades de papel entretiene lo justo con una historia sencilla con algunos momentos simpáticos y poco más.